Error:
Recuerdo las primeras palabras que me
dirigiste. “Loca. Linda. Viajada. Perfecta para mi”.
Bastó encontrar tu mirada. Bastó que me
encontraras. Ese segundo que todavía recuerdo, hace que hoy y siempre te lleve
en mí. Sonrisa que no puedo borrar. Nos amamos en secreto, gritando al mundo.
Matando de dolor.
Fuimos tan optimistas, como mentirosos.
Eternos pecadores, soñadores, tan cómplices como cada beso que nos dimos.
Cada caricia fue censurada.
Éramos la mejor foto, el perfecto error que
jamás pretendimos cometer, pero del que tampoco nos arrepentimos. La tentación
más absurda que me hizo renacer. Estafadores de corazones, que sin darse
cuenta, perdieron el suyo en la misma batalla. Batalla que llevo tatuada en la piel.
Él nos marcó el destino sin saberlo. Ningún
Dios. Así fue que nos perdimos. Que suavizamos aquel sueño. No rompimos fotos,
nunca las tuvimos. Nos lloramos, pero nunca nadie lo supo. Deseamos abrazos
eternos, imposibles de complacer. Silencios. Suicidamos aquel sublime
sentimiento de amor.
Aquel día te dije que íbamos a estar juntos.
Vos y yo.
La película continuó. Alguien siguió manejando
mi suerte en aquel enorme guión universal. Nunca tuve suerte. Parecía no llegar
la hora. Siempre era el día, pero me terminaba acostando. Dormía contigo, sin
tocarte. Pensando que tal vez mañana comenzaría la revolución.
Claro que hubo otras miradas. Incluso, me
enamoré varias veces. Brindé interminables noches por tu felicidad. Ojala, compartida conmigo.
Segundos, días y horas interminables, llega el
momento. Dejarlo todo atrás; la familia, el trabajo, todo lo que una vez
soñamos. Desterrar todo el dolor, vencerlo. Elegir vivir. Con los pies otra vez
en el cielo. La cabeza, quién sabe dónde. Y el corazón en manos tuyas; error.
Tan difícil de describir. Tan emocionante de recordar. Tan auténtico, que el
sentimiento sigue intacto como el primer día que nos tropezamos.
Hermoso error, te recuerdo hoy, te recuerdo
siempre. Con la sólida imagen, de que algún día nos volvamos a mirar a los
labios, nos volvamos a tocar con los ojos. Entender que, en algún punto siempre
estuvimos juntos. Crónicamente juntos. Tocándonos con el pensamiento. Sintiendo
cada pulsación de nuestros corazones, con motivo de nuestra existencia.
Si te
enteraras que hoy, solo tengo
estas palabras para decirte que nada cambió, todo esta inmune. Igual que
aquella tarde que no pude seguirte, que decidimos renunciar.
Encontrarte es hoy, mi prioridad máxima. Y por
si a caso, guardo cada una de las cartas que escribí mientras no estabas.
Cartas, como días.
Aún hay lágrimas que
secar y risas que contagiar.
Exiliar la nieve y que nos llueva el sol.
Hasta dentro de unas horas,
Tu inarrepentible error.
http://www.concursocartasdeamor.com/no-clasificadas/2013/error/